Posts

Trujillo Muñoz y los hermanitos Sarabianos

Image
Miren qué afinidad de sacristía literaria ante el derretido calor del compadrazgo que les escurre por todos los poros, Trujillo Muñoz y los hermanitos Sarabianos, entre otros miembrillos y agnados de los organismos cultureros; y a quienes no se les doblan los ánimos para dejarse trastear las nalgas por su recíproca amistad (como el amor idealizado entre Dido y Eneas, o las apostr ofadas concupiscencias mayatiles de Nerón y Esporo), muy útiles para taimar cohecho y prevaricato entre literatos y hombres de gobierno. Cortados con las mismas tijeras están estos pelafustanes interpuestos a la zalamería vocinglera y que por encargo oficial cifran el mundo novelero y las milagrerías poéticas por unos cuantos varos y pingajos de vanidad Todo se incluye en la cachaza de los deseos meritorios para los recomendados, literatos que conforman la reducida mafia culturera vinculada a las directrices del oficialismo y que chupa incesantemente del bote presupuestívoro como sanguijuelas gigantes....

Báculos del mecenazgo

Image
Los organismos oficiales del mecenazgo artístico y las instituciones públicas y privadas, regenteadoras de la cultura (que Bertold Brecht denominaba la mierda en el palacio del perro), en voz de sus achichincles y adalides, repiten la patochada de que sus principales atribuciones son promocionar —coordinar y financiar— de manera equilibrada la pluralidad artística (montar conferencias, talleres, exposiciones, etcé). Trabucación de la verdad, lo único cierto de tal engañifa son los báculos del mecenazgo, estipendio de migajones pecuniarios, destinados a subvencionar a una cáfila de vividores y zánganos de la colmena culturosa.

El Jorge Ortega y sus compinches

Image
Un desprecio hacia la verdad histórica: «cinco o hasta diez años» marcan el límite entre la obscuridad y el brillo del sol. A la bastarda de Chimalguacán, la señorita Sor Juana Inés de la Cruz, le pernoctaron sus versos más de doscientos años, hasta que fue rescatada por unos poetas jotitos del siglo XX; Maquiavelo tuvo que ser redescubierto por Fitche; el marqués de Sade por Guillaume Apollinaire  y el borracho de don Edgar Poe por Baudelaire. Y hubo hasta quienes se pegaron un plomazo en la tatema para hacerse de la fama que hoy presumen señoritos como el Jorge Ortega y compinches. —Es que ahora somos muy veloces. Y en efecto, los pespuntes de la envergadura triunfal le llegaron al vaporazo y los chavales se ahorraron, según berrean, «cinco o hasta diez años». Así, de pronto, en un abrir y cerrar de ojitos lagañosos, la fama les apareció pintada en una de sus nalguitas.

GILBERTO LICONA Y SU COFRADÍA «EXISTIROSA»

Image
Parapetado en su cofradía  «Existir»  y editando, desde  hace  dos-que-tres  lustros, una revistita en la que publica una seudoliteratura que parece ser anterior al  Gilgamesh  (cuyos correctores y redactores, como diría don  Ramón Villaamil , tienen peor ortografía que un perro),  Gilberto Licona  —a la orden de una mendicante lírica, y sabedor de que no hay tradición literaria y cultural en este culo de San Diego—, con balidos que no llegan al ínfimo nivel de calidad estética, se ha llevado al baile a más de dos generaciones de escuelantes de la carrera de literatura que aspiran a convertirse en poetas o literatos. En su inveterada miseria cultural, algunos cuantos, y a duras penas, han logrado ser portadores de cierta parcialidad seudoestética o protoliteraria. Y, amparados en una chirle profusión sentimental y una emotividad deslavada, se han adjudicado la etiqueta de poetas, y son todo lo contrario. Rotos los hilos que le daban ...

estudio de las contradicciones del sistema literario

Image
Desde que finiquitó la inteligibilidad objetiva del estructuralismo, en el entrecruzamiento de lo moderno y lo posmoderno, se relativizaron los fetiches de la historia, se aligeraron los aparatos conceptuales de la crítica y los teóricos se apartaron del estudio de las contradicciones del sistema literario y centraron su atención en los fenómenos particulares de la hegemonía neoliberal (industria del libro, objetos textuales, equidad de género, etcétera); exagerando las particularidades, el arte comenzó a expresar la vivencia del aislamiento y la cultura la heterogeneidad persuadida por las pautas y los roles dominantes de un idealismo disolvedor. Del hecho concreto se desprendió un flagrante fraude culturero asentado en el poder, los elementos de la confrontación quedaron subordinados a los principios conservadores del sistema dominante y a los referentes igualitarios para tratar de subsanar de manera abstracta, es decir, con meras ilusiones, los desequilibrios culturales y las con...

alguien tiene que recoger la basura del callejón

Image
A poco de ventear por el submundo de la cultura, surge con claridad la existencia de las entidades literarias y poéticas que lo constituyen, pero que sin embargo participan en los asuntos del arte de modo muy diferente a lo que podría ser una actividad estética. Y aunque tales personeros están inexorablemente incluidos como enunciadores y trasmisores de tales manifestaciones, cabe afirmar que se e ncuentran apartados de los axiomas fundamentales de la creación; pues la idea o eje que los mueve suele ser una pretensión de éxito; la esencia real de los «logros» encuentra la justificación en estímulos de codicia y prioridades que son compatibles con las artimañas políticas y la sicología tradicional que da abolengo y prestigio hasta en el lúgubre fango. Y los perfilamientos que matizan promueven mediáticamente a estas figuras relumbronas del submundo culturero son más de las veces perogrulladas o sutilezas de circunstancias triviales. En la unción de la ignorancia y las cursilerías emo...

El Chéspiro

Image
«Estuve en la inauguración de la Feria del Libro, como a eso de las cuatro o cuatro y media de la tarde. Estuvo el Chéspiro, que aparte de todo, me parece que es un cretino, a quien, idiotas como el presidente municipal de este pueblo, consideran un héroe nacional. Lo que a mí me duele es que esta gente, manejada por el capitalismo de la comunicación, tomó a la Chimoltrufia y a este otro muchachito (o sea el Chavo del Ocho) en los medios televisivos y logró que la inocencia, estúpida, infantil, boba... naca, de la gente miserable se entretuviera con esos personajes. Entretuvieron a más de 400 millones de hispanohablantes durante treinta años y haciendo que el pueblo de México se idiotizara y perdiera el tiempo con la banalidad de estos infelices que gozan en su pobreza, en su miseria y, resignados, pasamos 30 años de estupidez. Porque eso le dejaba mucho dinero al Tigre de la comunicación, al señor Azcárraga, y le siguió». [ EL PRO RUBÉN VIZCAÍNO , 3 de julio de 2003].